viernes, 18 de junio de 2010

La vida futbolera


Ayer vi el partido en que México le gano 2-0 a Francia. Me encanta la incertidumbre de los mundiales- que un equipo que hace cuatro años llego a tiros penales para el campeonato será eliminado en la primera ronda, como seguramente lo va a pasar a Francia.

El futbol es absoluto en su honestidad. O marcas goles o no—feo o bonito no importa-- tres puntos es tres puntos. Eso vimos el otro día con la selección Española. Jugaron a toques y poseía el balón por la mayor parte del partido. Jugaron bonitos, pero perdieron cuando silbaron después de los 90 minutos. A la portería no le importa su historia, su salario, sus sacrificas, sus ganas. Marcas o no marcas. Punto y fin.

Así es la vida también. Cada momento tenemos la oportunidad y la obligación de cambiar el juego—o sea, crear nuestras propias vidas. Tenemos las ganas y el coraje para jugar a nuestras capacidades? El tiempo es finito—sea 90 minutos o noventa años-- algún día todos vamos a sentir el silbato, y es en este momento que sabremos si hemos terminado en éxito o desolación, amado o odiado, el héroe o el desilusionado. A cual lado del poste llegara nuestro próximo tiro? Y si nos empujan a la tierra, nos levantaremos? La vida es un juego de mucha carrera y pocos goles. Por eso lo celebramos tanto cuando lo alcanzamos a marcar.

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