viernes, 30 de julio de 2010
Clausura del curso: Verano 2010
Ayer celebramos la clausura del curso. La realización de 180 horas de clases en Evolución del español, gramática española, Recursos para la enseñanza del español como lengua extranjera, literatura española contemporánea, Historia de España, cine español, cine de Castilla y León, cultura popular, e incluso recorridos de arte y arquitectura.
Es asombroso ver cuánto cada persona en el programa ha aprendido y crecido como personas y profesionales. Fue un placer estar con el grupo este año, y había una verdadera sensación general de cooperación, apoyo y generosidad. Estoy muy agradecido por haber tenido la oportunidad de crecer y desarrollarme como profesional, y espero que la siguiente fase del programa el próximo verano sea tan productivo como este año.
Escribo en medio de un cuarto lleno de bolsas y los sonidos de puertas cerrando y despedidas por los pasillos de la residencia de Cuenca. Ya es hora de tomar nuestras experiencias colectivas y traerlas a nuestros salones de clases y vidas con la intención de hacer un cambio positivo en el mundo.
Yesterday we celebrated the ending of the course. The completion of 180 hours of classes in Evolution of Spanish, Spanish Grammar, Resources for the teaching of Spanish as a second language, contemporary Spanish literature, History of Spain, 20th century Spanish Cinema, Cinema of Castilla y Leon, popular culture, art and architecture.
It is amazing how much everyone in the program has learned and grown as individuals and professionals. This year’s group was a pleasure to be with, as there was a general feeling of cooperation, support, and generosity. I am very grateful to have had the opportunity to grow and develop myself, and I look forward to the next phase of the program next summer.
I write amidst half-packed bags and the sounds of doors closing and goodbyes through the halls of the Cuenca residence hall. It is time to take our collective experiences and bring them into our classrooms and lives to make a positive difference in the world.
jueves, 29 de julio de 2010
Ayer te besé en los labios, Pedro Salinas.
En la clase de literatura, hemos estudiado poesia vanguardista en España en el siglo XX. Hoy les presento un poema romántico de Pedro Salinas en la que el poeta se remonta a un beso que para él hizo parar el tiempo. Es un poema hermoso y sencillo que evoca el dolor de su ser obligado a vivir lejos de su amada (Katherine Whitmore). Representante importante del grupo de poetas españoles la generación del 27, Salinas fue exiliado de su patria durante casi toda su vida como resultado de la Guerra Civil española y la dictadura subsiguiente de Franco, y murió lejos de su patria en Boston en 1951 .
Ayer te besé en los labios.
Te besé en los labios. Densos,
rojos. Fue un beso tan corto,
que duró más que un relámpago,
que un milagro, más. El tiempo
después de dártelo
no lo quise para nada ya,
para nada
lo había querido antes.
Se empezó, se acabó en él.
Hoy estoy besando un beso;
estoy solo con mis labios.
Los pongo
no en tu boca, no, ya no…
-¿Adónde se me ha escapado?-.
Los pongo
en el beso que te di
ayer, en las bocas juntas
del beso que se besaron.
Y dura este beso más
que el silencio, que la luz.
Porque ya no es una carne
ni una boca lo que beso,
que se escapa, que me huye.
No.
Te estoy besando más lejos.
in the literature class, we have studied Avant-Garde poetry fomr Spain in the 20th century. Today I present a romantic poem by Pedro Salinas in which the poet harkens back to a kiss that for him brought time to a standstill. It’s a lovely and simple poem which evokes the pain of his being forced to live far from his beloved (Katherine Whitmore). Part of the group of Spanish poets called the generation of ’27, Salinas was exiled from his homeland for most of his life as a result of the Spanish Civil War and the ensuing dictatorship of Franco, and died far from his home in Boston in 1951.
My own loose translation of the poem follows below:
My own loose translation of the poem follows below:
Yesterday I kissed you on the lips.
I kissed your lips. Dense,
and red. It was such a short kiss,
little more than a flash of lightning,
little more than a miracle. The passage of time after giving you that kiss--
Lost all interest for me,
--I did not want it at all--
though I had wanted it before.
All time began and ended with the kiss.
Today I'm kissing a kiss
alone with my own lips.
I don’t put them
in your mouth, no, not anymore ...
(How has your mouth escaped from me?)
I put them
into the kiss that I gave you
Yesterday, our mouths joined
In the kiss we kissed.
And this kiss lasts longer than
silence, longer than light.
Because it is no longer flesh
or a mouth that I kiss,
that escapes, that runs away from me.
No.
I'm kissing you further.
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Ayer te besé en los labios,
Pedro Salinas.
miércoles, 28 de julio de 2010
Alas muy Grandes: Vencejos
Hace un par de semanas fui de excursión al pueblo de Coca para visitar un castillo que era hace siglos una magnífica fortaleza en Castilla y León y que ahora se ha convertido en una escuela dentro de la vieja estructura desmorona. Cerca a los servicios, había un cilindro de piedra se abría al cielo (donde una vez una escalera espiral o una torreta había estado una vez) que media unos cuarenta metros de altura. Tirado en el piso de este lugar hubo un pájaro negro bocabajo.
Es extraño ver a un ave acostada del vientre. Muerto, por lo general se encuentra a un lado. Vivo, por lo general, se encuentra de pie o sentadita en sus nidos. Pero este pájaro estaba en el suelo bocabajo. Un pájaro negro el tamaño de mi mano con alas enormes.
El vigilante del lugar me dijo que este tipo de ave no puede pisar la tierra debido a sus alas enormes y piernas demasiado cortas. Como resultado, tienen que volar constantemente, cazando mosquitos en el aire para mantenerse vivos.
Esta ave (que se llama vencejo) suele permanecer en el aire durante tres años sin tocar el suelo. Durante el día, pueden estar vistas volando rápidamente con movimientos circulares cazando insectos alrededor de las catedrales y arcos altos de las ciudades de España. Por la noche, suben a altitudes de 2.000 metros o más, y duermen en el cielo, sin parar de volar. Qué irónico que la naturaleza ha creado una criatura que vuela tan magníficamente que su capacidad de la tierra se deteriora.
Lectura recomendada: Un hombre viejo con alas enormes--por Gabriel Garcia Marquez
A couple of weeks ago I went on an excursion to a place called Coca to visit a castle that was once a magnificent fortress in Castilla y Leon and has now been converted into a school within the old crumbling structure. Over by the bathrooms there was a cylinder of stone opening out into the sky (where once a stairway or a turret had once been) about fourty meters high. Lying on the floor of this place was a black bird lying on its belly.
It’s strange to see a bird lie on its belly. Dead, it usually lies on its side. Alive, usually it stands on its feet or sits in its nest. But this bird lay on its belly. A black bird about the size of my hand with enormous wings.
The caretaker of the place told me that these kinds of birds can’t get back off of the ground once they land because their wings are too large and their legs too short. As a result, they have to fly constantly, catching mosquitos in the air in order to stay alive.
So the man goes into the bathroom and comes out with a fistful of toilet paper. He tries to pick the bird up, but it clings stubbornly to the earth with its short legs, assuming (logically) that the man has plans to make the bird his dinner. I slide my fingers under the bird and release it from the earth, whereupon it digs its little claws into my finger instead. We carry the bird outside and release it into the air where it takes flight immediately, climbing high above the castle to join his fellow birds.
As it turns out, this bird has been known to remain in the air for three years without touching the ground. By day, these birds can be seen flying swiftly in circular motions hunting insects around the cathedrals and high arches of the cities of Spain. At night, they climb to altituides of 2,000 meters or more and sleep up in the sky, still flying. How ironic that nature has created a creature that flies so magnificently that its ability to land becomes impaired.
Es extraño ver a un ave acostada del vientre. Muerto, por lo general se encuentra a un lado. Vivo, por lo general, se encuentra de pie o sentadita en sus nidos. Pero este pájaro estaba en el suelo bocabajo. Un pájaro negro el tamaño de mi mano con alas enormes.
El vigilante del lugar me dijo que este tipo de ave no puede pisar la tierra debido a sus alas enormes y piernas demasiado cortas. Como resultado, tienen que volar constantemente, cazando mosquitos en el aire para mantenerse vivos.
Vencejos Volando al acueducto romano de Segovia
Así que el hombre fue al baño y salió con un puñado de papel higiénico. Trató de recoger el pájaro, pero se aferró obstinadamente a la tierra con sus patas cortas, suponiendo (lógicamente) que el hombre tenía planes de cenar de pájaro. Deslicé los dedos debajo del pájaro y lo liberé de la tierra, después de que el ave clavó sus garras en el dedo. Llevamos el pájaro fuera y lo liberamos en el aire, donde el voló inmediatamente, subiendo encima del castillo para reunirse con sus compañeros. Esta ave (que se llama vencejo) suele permanecer en el aire durante tres años sin tocar el suelo. Durante el día, pueden estar vistas volando rápidamente con movimientos circulares cazando insectos alrededor de las catedrales y arcos altos de las ciudades de España. Por la noche, suben a altitudes de 2.000 metros o más, y duermen en el cielo, sin parar de volar. Qué irónico que la naturaleza ha creado una criatura que vuela tan magníficamente que su capacidad de la tierra se deteriora.
Lectura recomendada: Un hombre viejo con alas enormes--por Gabriel Garcia Marquez
A couple of weeks ago I went on an excursion to a place called Coca to visit a castle that was once a magnificent fortress in Castilla y Leon and has now been converted into a school within the old crumbling structure. Over by the bathrooms there was a cylinder of stone opening out into the sky (where once a stairway or a turret had once been) about fourty meters high. Lying on the floor of this place was a black bird lying on its belly.
It’s strange to see a bird lie on its belly. Dead, it usually lies on its side. Alive, usually it stands on its feet or sits in its nest. But this bird lay on its belly. A black bird about the size of my hand with enormous wings.
The caretaker of the place told me that these kinds of birds can’t get back off of the ground once they land because their wings are too large and their legs too short. As a result, they have to fly constantly, catching mosquitos in the air in order to stay alive.
So the man goes into the bathroom and comes out with a fistful of toilet paper. He tries to pick the bird up, but it clings stubbornly to the earth with its short legs, assuming (logically) that the man has plans to make the bird his dinner. I slide my fingers under the bird and release it from the earth, whereupon it digs its little claws into my finger instead. We carry the bird outside and release it into the air where it takes flight immediately, climbing high above the castle to join his fellow birds.
As it turns out, this bird has been known to remain in the air for three years without touching the ground. By day, these birds can be seen flying swiftly in circular motions hunting insects around the cathedrals and high arches of the cities of Spain. At night, they climb to altituides of 2,000 meters or more and sleep up in the sky, still flying. How ironic that nature has created a creature that flies so magnificently that its ability to land becomes impaired.
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martes, 27 de julio de 2010
Aquellas Pequeñas Cosas
Aquí les presento una canción del cantante Barcelonés Juan Manuel Serrat. Serrat fue uno de los fundadores de la Nova Cançó catalana, una generación de cantantes que promovían el uso del catalán durante los años de la Dictadura de Franco cuando el uso del lenguaje era prohibido. Sin embargo, esa canción está escrita en castellano y viene acompañado con una traducción mía muy ligera en ingles. Espero que la disfruten.
Escucha la cancion
"Aquellas Pequeñas Cosas"
(Música y letra de J.M. Serrat)
Uno se cree
que los mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.
Como un ladrón
te acechan detrás de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas,
que el viento arrastra allá o aquí...
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.
Here I present to you a song from the excellent songwriter from Barcelona Juan Manuel Serrat. Serrat was one of the founders of the movement Nova Cançó catalana (The New Song in Catalan) during the Franco Dictatorship when the use of the language was prohibited. Nevertheless, this particular song is in Castillian Spanish and I have added a very loose translation of my own. I hope you enjoy it.
"Little Things like this"
(Music and lyrics by J. M. Serrat)
Just when you think
that you have killed
the empty passage of time and longing.
You realize that this train
has already sold you a ticket--
and it’s round trip.
It’s the little things like that
that have made ours a time of roses
in a corner
or on a sheet of paper
or buried in a drawer.
Like a thief waiting
They crouch behind the door.
They have you so completely
at their mercy
that you are carried like dead leaves,
dragged here and there by the wind ...
These leaves that smile sadly at you
and they make us all
cry
when nobody’s looking.
Escucha la cancion
"Aquellas Pequeñas Cosas"
(Música y letra de J.M. Serrat)
Uno se cree
que los mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.
Como un ladrón
te acechan detrás de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas,
que el viento arrastra allá o aquí...
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.
Here I present to you a song from the excellent songwriter from Barcelona Juan Manuel Serrat. Serrat was one of the founders of the movement Nova Cançó catalana (The New Song in Catalan) during the Franco Dictatorship when the use of the language was prohibited. Nevertheless, this particular song is in Castillian Spanish and I have added a very loose translation of my own. I hope you enjoy it.
"Little Things like this"
(Music and lyrics by J. M. Serrat)
Just when you think
that you have killed
the empty passage of time and longing.
You realize that this train
has already sold you a ticket--
and it’s round trip.
It’s the little things like that
that have made ours a time of roses
in a corner
or on a sheet of paper
or buried in a drawer.
Like a thief waiting
They crouch behind the door.
They have you so completely
at their mercy
that you are carried like dead leaves,
dragged here and there by the wind ...
These leaves that smile sadly at you
and they make us all
cry
when nobody’s looking.
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"Aquellas Pequeñas Cosas"
lunes, 26 de julio de 2010
Noticia: Hombre no se cae del balcón Salamantino
Me encanta estar vivo. Cada momento que tenemos es precioso: este momento** este momento** este momento**. Cada momento es el material que compone nuestras vidas. De vez en cuando, la importancia y el valor de mi vida me da un golpe inesperado.
El otro día estaba en un balcón del piso octavo mirando a la cúpula iluminada de la Catedral de Salamanca y la Universidad Pontificia. Brillaban como islas sobre un mar de arcilla roja. Mirando hacia abajo, podia ver la calle Canalejas, una avenida ancha que rodea el casco antiguo de la ciudad, donde las murallas que protegían la ciudad se ubicaban en el pasado, mirando a la gente de paseo por las aceras crepusculares en parejas y grupos.
Cuando me incline sobre la baranda, me sentí una sensación que tengo a veces tengo cuando cruzo puentes y me paro en terrazas altas: una gravedad inmensa del deseo y miedo que me enhiela el cuerpo.
Obiamente, no quiero caerme, pero sin embargo mantengo una curiosidad morbosa acerca de cómo sería la experiencia. Experimentar un evento tan inevitable y catastrófico, tal vez podría hacerme sentir-irónicamente-vivo.
Ahora, sentado frente a la computadora lejos del balcón en espacio y tiempo, me siento hondamente la importancia y el valor de cada una de mis elecciones. La diferencia entre estar de pie en el balcón y caer a la muerte es una cuestión de segundos y centímetros. El efecto de la elección, sin embargo, es increíblemente revelador.
Elijo vivir y seguir siendo esposo, padre, hijo, profesor, estudiante, amigo, compañero, y colega a gente a la que estoy atado con cien mil hilos individuales.
Así que me pase, como todos lo hacemos en cada momento de nuestras vidas, por el balcón y de regreso al mundo.
I love to be alive. Each moment that we have is precious—this moment—this moment---this moment. It is the material that makes up our lives: moments. Every once in a while, the importance and value of my life hits me with an unexpected punch in the gut.
The other day I was standing on an 8th floor balcony looking across at the illuminated dome of the Cathedral of Salamanca and the Universidad Pontificia. They shone brightly like an island rising out of a sea of red clay roves. Looking down, I could see the busy Boulevard Canalejas, a wide avenue that rings the ancient heart of the city where the walls and ramparts that once protected the city stood in the past, and looked down at the pedestrians walking along the twilit sidewalks in pairs and groups.
When I leaned over the rail, I felt, as I often have in moments like these—crossing bridges and standing on high terraces, the overwhelming gravity and inclination to jump that sends icy tingles through my entire body.
Certainly I don’t want to fall, but I nevertheless have the feeling of vertigo that I might, and have a morbid curiosity about what that would be like. Somehow to experience an event as ineluctable and catastrophic as this might make me feel—ironically—alive.
Even now, safely seated in front of my computer, far from the balcony in both space and time, I feel acutely the importance and value of each of my choices. The difference between standing on the balcony and falling to one’s death is a matter of seconds and centimeters. The effect of the choice, however, is incredibly meaningful. I choose to live—to continue to be a husband, a father, a son, a teacher, a student, a friend, a teammate, a colleague to the people to whom I am tied with a hundred thousand individual threads.
So I step, as we all do in each moment of our lives, off the balcony and back into the world.
El otro día estaba en un balcón del piso octavo mirando a la cúpula iluminada de la Catedral de Salamanca y la Universidad Pontificia. Brillaban como islas sobre un mar de arcilla roja. Mirando hacia abajo, podia ver la calle Canalejas, una avenida ancha que rodea el casco antiguo de la ciudad, donde las murallas que protegían la ciudad se ubicaban en el pasado, mirando a la gente de paseo por las aceras crepusculares en parejas y grupos.
Cuando me incline sobre la baranda, me sentí una sensación que tengo a veces tengo cuando cruzo puentes y me paro en terrazas altas: una gravedad inmensa del deseo y miedo que me enhiela el cuerpo.
Obiamente, no quiero caerme, pero sin embargo mantengo una curiosidad morbosa acerca de cómo sería la experiencia. Experimentar un evento tan inevitable y catastrófico, tal vez podría hacerme sentir-irónicamente-vivo.
Ahora, sentado frente a la computadora lejos del balcón en espacio y tiempo, me siento hondamente la importancia y el valor de cada una de mis elecciones. La diferencia entre estar de pie en el balcón y caer a la muerte es una cuestión de segundos y centímetros. El efecto de la elección, sin embargo, es increíblemente revelador.
Elijo vivir y seguir siendo esposo, padre, hijo, profesor, estudiante, amigo, compañero, y colega a gente a la que estoy atado con cien mil hilos individuales.
Así que me pase, como todos lo hacemos en cada momento de nuestras vidas, por el balcón y de regreso al mundo.
I love to be alive. Each moment that we have is precious—this moment—this moment---this moment. It is the material that makes up our lives: moments. Every once in a while, the importance and value of my life hits me with an unexpected punch in the gut.
The other day I was standing on an 8th floor balcony looking across at the illuminated dome of the Cathedral of Salamanca and the Universidad Pontificia. They shone brightly like an island rising out of a sea of red clay roves. Looking down, I could see the busy Boulevard Canalejas, a wide avenue that rings the ancient heart of the city where the walls and ramparts that once protected the city stood in the past, and looked down at the pedestrians walking along the twilit sidewalks in pairs and groups.
When I leaned over the rail, I felt, as I often have in moments like these—crossing bridges and standing on high terraces, the overwhelming gravity and inclination to jump that sends icy tingles through my entire body.
Certainly I don’t want to fall, but I nevertheless have the feeling of vertigo that I might, and have a morbid curiosity about what that would be like. Somehow to experience an event as ineluctable and catastrophic as this might make me feel—ironically—alive.
Even now, safely seated in front of my computer, far from the balcony in both space and time, I feel acutely the importance and value of each of my choices. The difference between standing on the balcony and falling to one’s death is a matter of seconds and centimeters. The effect of the choice, however, is incredibly meaningful. I choose to live—to continue to be a husband, a father, a son, a teacher, a student, a friend, a teammate, a colleague to the people to whom I am tied with a hundred thousand individual threads.
So I step, as we all do in each moment of our lives, off the balcony and back into the world.
viernes, 23 de julio de 2010
La Medida de la experiencia
Experimentar una obra-- de arte, de literatura o de cine-- después de que varios años han transcurrido entre la primera y la segunda experiencia de ella es asombroso. Aunque la obra queda sin cambios, estática, congelado en tiempo, muchas veces el observador se ha cambiado bastante, y percibe la obra con ojos diferentes. La diferencia entre la experiencia actual y nuestros recuerdos de la experiencia anterior de la obra es matemático: mide la evolución propia de un ser que vive, siente y piensa (o sea, un ser humano).
Vi por primera vez Todo Sobre mi Madre en 1999, hace once años. La historia se centra en una mujer que pierde a su hijo trágicamente en un accidente y viaja a Barcelona en busca del padre para entregar las noticias del hijo. El padre nunca, de hecho, sabía que él tenía un hijo en absoluto. Es una película magnífica, y así me parecia cuando lo vi la primera vez.
Las circunstancias en las que experimenté la película ayer, sin embargo, habían cambiado en la misma manera que yo había cambiado. En 1999, vi la película subtitulada, en el mismo año en que salió, en Los Ángeles (era en el cine Laemmle Sunset 5?). En aquellos entonces enseñaba Inglés en colegio público de la ciudad Los Ángeles, vivía solo en un apartamento chiquito en Echo Park, y hablaba un español corriente (a lo mejor).
En ese momento, yo era capaz de reconocer los temas perennes de la obra de Almodóvar: el humor, la solidaridad, la creación de un sistema de amor y apoyo mutuo fuera de los límites de la familia tradicional. Me acuerda de que me impresionó la belleza y tragedia de la historia y la compasión increíble de los personajes entre sí.
Sin embargo, los personajes quedaban distantes de mí: las historias de la madre soltera, la monja, la actriz, y el travesti sobreviviendo múltiples oleadas de desastres en Barcelona fueron tan lejos de mi experiencia y conocimiento en ese momento que poco entendía.
Cuando vi la película por la segunda vez una década más tarde, fui capaz de entender la película de una manera diferente. Ahora soy padre y puedo imaginar el horror de perder un hijo. Ahora he estado en Barcelona y conozco las calles, edificios y parques donde la película tiene lugar. Ahora entiendo un poco de lo que es vivir en España y cómo ese ambiente es como un quinto personaje mudo, en cada fotograma de la película.
Como T.S. Eliott dijo en la última estrofa de su obra Four Quartets:
No paremos de explorar
Y el final de toda nuestra exploración
Será llegar al punto de partida
Y conocer el lugar por primera vez.
Si es cierto que nunca se puede volver a casa, es una alegría vivir y aprender y volver a los antiguos lugares de una manera nueva. Caminante, no hay camino. El camino se hace al caminar.
*****************************************************************
To experience a work—of art, of literature, or of cinema—after several years have passed between the one’s first contact with and the present contact is a staggering experience. One finds that while the object or work in its static remains entirely unchanged, frozen in time, the observer (oneself) has changed significantly, and sees the work with new eyes. The difference between the current experience and your memories of the past experience is mathematical: a yardstick of one’s own evolution as a living, feeling, and thinking (that is to say, human) being.
I first saw Todo sobre mi Mama “all about (on top of) my mother”in 1999—eleven years ago. The story focuses on a woman who tragically loses her son in an accident and travels to Barcelona to find the father to deliver the news of the son’s death (who never in fact knew that he had a son at all). It is a magnificent film, and I thought so as much then as I do now.
The circumstances in which I experienced the film this year, however, have changed inasmuch as I have changed. In 1999, I saw the film subtitled, the year it came out, in Los Angeles (was it the Laemmle Sunset 5?). At the time I taught English in the LA city schools, lived alone in a studio apartment in Echo Park, and spoke unschooled Spanish (at best). At the time, I was able to recognize the perennial themes of Almodovar’s films: humor, solidarity, the creation of a system of love and mutual support outside the boundaries of the traditional family… I remember being struck by the beauty and tragedy of the story and of the incredible compassion of the characters toward each other.
Nevertheless, those characters remained distant—a mother, a nun, an actress, and a transvestite surviving multiple waves of disaster in Barcelona was about as far from my experience and understanding at that time as I could imagine.
When I saw the film for the second time a decade later, I was able to understand the film in a different way. Now I am a father and I can imagine the horror of losing a child. Now I have been in Barcelona and I know the streets and buildings and parks where the film takes place. Now I understand a bit of what it is to live in Spain and how that environment is like a fifth, mute character present in every frame of the movie.
As T.S. Eliott said in the last stanza of Four Quartets:
We shall not cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And know the place for the first time.
Though it is true that you can never go home again, it is a joy to live and learn and revisit the old places in a new way. Traveler, there is no road. The road is made in the walking.
Vi por primera vez Todo Sobre mi Madre en 1999, hace once años. La historia se centra en una mujer que pierde a su hijo trágicamente en un accidente y viaja a Barcelona en busca del padre para entregar las noticias del hijo. El padre nunca, de hecho, sabía que él tenía un hijo en absoluto. Es una película magnífica, y así me parecia cuando lo vi la primera vez.
Las circunstancias en las que experimenté la película ayer, sin embargo, habían cambiado en la misma manera que yo había cambiado. En 1999, vi la película subtitulada, en el mismo año en que salió, en Los Ángeles (era en el cine Laemmle Sunset 5?). En aquellos entonces enseñaba Inglés en colegio público de la ciudad Los Ángeles, vivía solo en un apartamento chiquito en Echo Park, y hablaba un español corriente (a lo mejor).
En ese momento, yo era capaz de reconocer los temas perennes de la obra de Almodóvar: el humor, la solidaridad, la creación de un sistema de amor y apoyo mutuo fuera de los límites de la familia tradicional. Me acuerda de que me impresionó la belleza y tragedia de la historia y la compasión increíble de los personajes entre sí.
Sin embargo, los personajes quedaban distantes de mí: las historias de la madre soltera, la monja, la actriz, y el travesti sobreviviendo múltiples oleadas de desastres en Barcelona fueron tan lejos de mi experiencia y conocimiento en ese momento que poco entendía.
Cuando vi la película por la segunda vez una década más tarde, fui capaz de entender la película de una manera diferente. Ahora soy padre y puedo imaginar el horror de perder un hijo. Ahora he estado en Barcelona y conozco las calles, edificios y parques donde la película tiene lugar. Ahora entiendo un poco de lo que es vivir en España y cómo ese ambiente es como un quinto personaje mudo, en cada fotograma de la película.
Como T.S. Eliott dijo en la última estrofa de su obra Four Quartets:
No paremos de explorar
Y el final de toda nuestra exploración
Será llegar al punto de partida
Y conocer el lugar por primera vez.
Si es cierto que nunca se puede volver a casa, es una alegría vivir y aprender y volver a los antiguos lugares de una manera nueva. Caminante, no hay camino. El camino se hace al caminar.
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To experience a work—of art, of literature, or of cinema—after several years have passed between the one’s first contact with and the present contact is a staggering experience. One finds that while the object or work in its static remains entirely unchanged, frozen in time, the observer (oneself) has changed significantly, and sees the work with new eyes. The difference between the current experience and your memories of the past experience is mathematical: a yardstick of one’s own evolution as a living, feeling, and thinking (that is to say, human) being.
I first saw Todo sobre mi Mama “all about (on top of) my mother”in 1999—eleven years ago. The story focuses on a woman who tragically loses her son in an accident and travels to Barcelona to find the father to deliver the news of the son’s death (who never in fact knew that he had a son at all). It is a magnificent film, and I thought so as much then as I do now.
The circumstances in which I experienced the film this year, however, have changed inasmuch as I have changed. In 1999, I saw the film subtitled, the year it came out, in Los Angeles (was it the Laemmle Sunset 5?). At the time I taught English in the LA city schools, lived alone in a studio apartment in Echo Park, and spoke unschooled Spanish (at best). At the time, I was able to recognize the perennial themes of Almodovar’s films: humor, solidarity, the creation of a system of love and mutual support outside the boundaries of the traditional family… I remember being struck by the beauty and tragedy of the story and of the incredible compassion of the characters toward each other.
Nevertheless, those characters remained distant—a mother, a nun, an actress, and a transvestite surviving multiple waves of disaster in Barcelona was about as far from my experience and understanding at that time as I could imagine.
When I saw the film for the second time a decade later, I was able to understand the film in a different way. Now I am a father and I can imagine the horror of losing a child. Now I have been in Barcelona and I know the streets and buildings and parks where the film takes place. Now I understand a bit of what it is to live in Spain and how that environment is like a fifth, mute character present in every frame of the movie.
As T.S. Eliott said in the last stanza of Four Quartets:
We shall not cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And know the place for the first time.
Though it is true that you can never go home again, it is a joy to live and learn and revisit the old places in a new way. Traveler, there is no road. The road is made in the walking.
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